domingo, 27 de febrero de 2011

Hereafter

Acabo de ver Hereafter (la última de Clint Eastwood), y no quiero dejar que se me pase todo lo que me acaba de pasar.
El cine es algo increible. La música es algo increíble.
Una historia tan bien contada te transporta a ese lugar, como si realmente todo eso pasara. Como una alucinacion que de tan fuerte parece real.
Es un tema complicado, el de que pasa más allá. Si es que ese lugar existe. Sería bueno que existiese, aunque sea alucinandolo. Hace sentir paz.
Lloré en cada escena de pérdida. La muerte es una pérdida. Las pérdidas desgarran y eso esta película lo transmite como casi ninguna otra.
Y la música vuelve a tener la culpa. En este caso es el instrumento que acrecienta los destrozos de la desolación.
Los tiempos son perfectos. Las imágenes son de una sensibilidad y una expresión que uno piensa, como carajo lo hace?
Véanla.

viernes, 25 de febrero de 2011

Hi-Fi

Sí, hay cientos (miles) de películas geniales.
Por afinidad, por empatía, por el momento en que la vemos, porque nos impacta la historia o como está contada, solo unas pocas quedan en nuestra memoria a través de escenas que no solo no vamos a olvidar sino que agigantan su valor con el tiempo.

Una es esta, del vendedor interpretado por Jack Black en High Fidelity, que se niega a vender el disco "I just called to say I love you" de Stevie Wonder.


En uno de sus mejores papeles, en la misma película, canta "Let's get it on" de Marvin Gaye.


Si no vieron esta película aún, háganlo.

jueves, 24 de febrero de 2011

Seguro

Varios planteos similares en distintas situaciones. Así fue hoy el día.
"Doctor: está seguro que el bebé está bien? Está seguro que no tiene ninguna "deformidad" (SIC)?
"Doctor: está seguro que van a poder sacar óvulos maduros? Seguro vamos a tener varios embriones, no? Como para después congelar?"
Como cualquier ser humano (los médicos también lo somos) hay días con la cantidad de pulgas suficiente y otros en los que escasean. Hoy creo haber estado más cerca de lo segundo. Pero una de las características de un buen profesional consiste en ser capaces de generar actuaciones memorables. Hay que expresarse de tal manera que no se te note el tedio y esa sensación de explosión testicular inminente.
Que es lo que esperan que uno responda? Realmente creen que esa supuesta seguridad se hará presente si yo la atraigo con una respuesta afirmativa?
Es cierto que se aprende a ser padres sobre la marcha, pero esas mujeres no estarán transmitiéndole desde ahora a sus futuros hijos su propia inseguridad?
A una le contesté que podía estar tan seguro de que todo estaba bien, como que su hijo se portaría bien en el jardín, o que fuera buen alumno en la primaria, o no se llevara después alguna materia. Tanto como que no fuera a tener Parkinson de viejo. (Ahí no estuve tan político, y se me salió un poco la cadena)

La gente que pretende la absoluta seguridad en todos los aspectos de su vida no sabe vivir.
Tampoco sabe disfrutarla porque siempre va a haber algo por lo cual preocuparse, porque no es seguro.
Lo que seguro es que si no me voy a dormir, mañana no me levanta nadie.

lunes, 21 de febrero de 2011

Logros


Hace minutos tuve la primer entrevista radial de mi vida. Me llamaron de Radio del Plata, la producción del "programa de Mónica y César" (la verdad no sé como se llama), para hablar sobre un artículo que salió en el Clarín de hoy.
El título de la nota era sobre "Más de 15000 embriones congelados en Argentina...(blah, blah)", en realidad no importa. O sí, pero si quieren hablamos del tema en otro post.

Lo que más me movilizó fue pensar que en ese momento mientras contestaba las preguntas de Mónica (por suerte me dí cuenta después) me estaban escuchando miles de personas, y yo hablando y opinando acerca de un tema controvertido y delicado.

Más allá de los nervios de quien no frecuenta ese medio, sentí la enorme satisfacción de haberme animado a decir lo que quería decir y no lo que tal vez muchos querían escuchar.

Bueno, nada más. Pequeños logros. De eso se trata.

jueves, 17 de febrero de 2011

Aeropuerto


Pocos lugares ejercen tal fascinación hipnótica.
Sitios de cruce permanente e incesante de humanidades y objetos.

Baires, San Pablo, Florianópolis, Santiago, Quito, Bogotá, Río, Salvador, Panamá, Miami, Dallas, Houston, Atlanta, San Francisco, Los Angeles, Denver, Chicago, Boston, NYC, Washington, Madrid, Barcelona, Valencia, Londres, Roma, Amsterdam, Atenas, Bologna. En todos pasé minutos u horas, pero lo cierto es que puedo decir que estuve en más aeropuertos que en lugares del mundo.



El aeropuerto tiene una luz que no es propia y un olor que se reitera. Genera un estado a la vez de paz e incertidumbre. Cientos, miles de caras que se cruzan en un cardumen incesante y silencioso.
Porque en los aeropuertos no hay ruidos. Porque lo mejor es crearse cada uno su propio playlist para que la banda sonora de ese momento nos atraviese desde un par de auriculares. Flotar caminando por ese piso siempre alfombrado de alto tránsito. Como en una película. E imaginarse la vida, el pasado y los destinos de cada una de esas caras que seguramente no volvamos a ver jamás.

“Un amor real es como dormir y estar despierto. Un amor real es como vivir es aeropuertos…” le decía el mejor Charly a esa pasajera en trance, pasajera en tránsito perpetuo.

“Su atención por favor. Pasajeros del vuelo 815 con destino a Los Angeles, favor de embarcar por puerta 23…”


miércoles, 16 de febrero de 2011

Doncamatic

Hace días que estoy con este tema en la cabeza (y en el iPod).
Tuve oportunidad de ver a Gorillaz en vivo el año pasado en Denver y es una banda increíble de 38 (si treinta y ocho!) músicos en escena.
Esta es de esas canciones que a primera oída uno ya sabe que será un hit.
Enjoy it.
PD: si pueden, véanlo en 1080p



Elección



Cuento escuchado hace un tiempo por ahí.

Cierta vez un tipo tenía que elegir quedarse con una de tres mujeres. Para eso decide prestarles una suma de dinero a cada una para que se lo cuiden, y reclamárselo a los tres meses.

La primera mujer le devuelve la cantidad exacta de dinero que el tipo le encomendó que cuidase.

La segunda mujer, no sólo le devolvió ese monto sino un extra adicional porque se encargó de hacerla trabajar durante los tres meses y eso le dió intereses.

La tercera mujer gastó parte del dinero y le devolvió mucho menos de lo que se le encargó cuidar.


Con cual de las tres mujeres decidió quedarse?
Con la tercera!
Por qué?... porque tenía las mejores tetas. 





martes, 15 de febrero de 2011

Digital



La vida analógica siempre deja huellas que pueden rastrearse. Buenos o malos recuerdos siempre estarán ahí, y con poco o mucho esfuerzo volverán a la luz.
Si se borra algo escrito, o se destruye, o se quema alguna cosa, las cenizas, los restos o algo habrá que permita de una u otra forma reconstruirlo.

La vida digital le acercó al ser humano el UNDO. Algo impensado en otros tiempos, pero seguramente imaginado (y deseado) por miles. Que existiera eso que como por arte de magia hiciera desaparecer algo, y que ese algo jamás pudiera ser traído de nuevo. Como si nunca hubiera pasado o existido.

Imaginen por un instante además que todo a lo que tenemos acceso (personas, lugares, cosas) tuvieran un “botón de la derecha” que desplegara sus propiedades. Que antes de empezar una relación con alguien, de comprar un objeto, o de visitar un lugar, con el mágico click del botón de la derecha se evidenciaran todas sus características. Y que no sólo podamos verlas sino cambiarlas eligiendo dentro de un menú de opciones la que más nos cierra. Y como si esto fuera poco (dicho a modo de vendedor de colectivo) en ese menú se encuentra ni más ni menos que la posibilidad de eliminar eso que estamos clickeando, momentáneamente hacia la papelera, o definitivamente si el objeto/sujeto es demasiado pesado para reciclarlo.

Si algo nos gusta mucho hacemos copy/paste cuantas veces querramos.
Si no lo queremos se elimina sin dejar rastros.
Si cometimos un error el undo hace que nunca haya pasado/existido.

Lamento recordarles que la vida real no es digital sino analógica.

lunes, 14 de febrero de 2011

Tiempo

Difícil hablar del tiempo. No me refiero al tiempo como sinónimo de clima, tema recurrente en diálogos de ascensor, sino al tiempo como medida del transcurrir de los hechos.

Nos creemos que ganamos tiempo al hacer cosas más rápido, y después estamos convencidos que nos sobra, entonces no sabemos que hacer con él y se nos pasa. El tiempo se puede perder, pero difícilmente se gana.

Volver atrás en el tiempo sólo significa perder instantes recordando lo que pasó. El tiempo no se puede volver atrás, por más que Marty McFly nos haya hecho creer lo contrario.

El tiempo nunca sobra. Siempre es la cantidad exacta y nosotros le ponemos el condimento para darle gusto. Todo el que cocina sabe que los platos nunca salen igual, por eso hay momentos dulces y amargos aunque repitas los ingredientes.

No pude porque no tuve tiempo. Miles de veces dijimos/escuchamos esa frase, sabiendo siempre que es mentira. El tiempo se tiene, sólo que uno elije en que usarlo.

“And then one day you find ten years have got behind you…” cantaba Waters en “Time”. Y cuando te diste cuenta ya se te pasó, porque TODO pasa, siempre, hagas lo que hagas.

Bueno che, los dejo que no tengo más tiempo.


(No dejen de reescuchar esta maravilla.)